Realmente no quería comenzar con algo de Progresivo tan pronto pues no quiero que piensen que me cierro a un género, sin embargo es obligación de todo melómano tener este disco en su musiteca o al menos saber de su existencia. Debo admitir que descubrí este disco muy tarde en mi vida, realmente lo aprecié después de que una de las maravillosas canciones contenidas en este LP salió en "Children Of Men" de Cuarón (lo cual también me hizo apreciarlo más como director, por cierto, PELICULÓN) poco antes de la escena donde se hace referencia al Animals de Pink Floyd.
Este es su primer disco, del 69; debo comenzar diciendo que no está muy Frippiesco (osea, como los del G3), está lleno de atmósferas embriagantes y de letras divinas que hacen referencia al hombre, la soledad y demás. Son apenas 5 canciones que se deben de escuchar en una sentada (el progresivo se debe escuchar así, tómense un ratín para tener una experiencia mucho más confortable, si tienen mois éntrenle). Comienza con la super esquizofrenica "21st Century Schizoid Man" y con sus guitarras locochonas, termina y comienza probablemente la canciòn màs bella del álbum "I Talk to the Wind", chale, que solo te hace sentir. La tercera es "Epitaph", Confusion, will be my epitaph. Luego remata nuevamente (para hacernos sentir mal a todos, muy a la Encías Sangrantes) con "Moonchild", maldita sea, el niño de la luna no tiene con quién hablar....Todo esto para terminar con una canción entrañable e insuperable dentro del disco, hasta parece armado, el álbum completo es una ópera donde, después de los altibajos propios de cada canción (y perfectamente tomados en cuenta por Fripp, la mente detrás de King Crimson) te lleva a lo mejor, el final. "The Court of the Crimson King" , justo cuando piensen que va a terminar la canción, súbanle, regresa mejor que cómo se fue. Este disco les ayudará a entender el Progresivo como el orgasmo de una mujer, o al menos como lo explican en la escuela (Valle, Valle, Éxtasis, Valle, Valle, Valle, Valle, Éxtasis, Éxtasis, Éxtasis, Éxtasis, Valle, Éxtasis). Si pudiéramos meter un audífono a la vagina de una chica mientras tiene un orgasmo, escucharíamos algo como este disco, o al menos con una estructura muy similar; dejen que los lleve de arriba a abajo y de abajo a arriba, no se arrepentirán.
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