Pocos lugares en la historia pueden tener el honor, o la desgracia, de poder ser considerados el centro del universo. Un evento que marque a toda la humanidad y gracias a los medios de comunicación, el mundo ponga sus ojos en él. Desde la Revolución Francesa en julio de 1789, el Holocausto que inició en 1941, las bombas atómicas sobre Japón en agosto de 1945, la llegada del hombre a la luna en julio de 1969, la caída del muro de Berlín en noviembre de 1989, la liberación de Nelson Mandela en 1990, hasta la caída de las torres gemelas en septiembre de 2001. Acontecimientos que cambiaron al mundo o a una gran parte de él.
Uno de esos centros del universo nos presenta Ang Lee, con la película Taking Woodstock (Bienvenido a Woodstock). La granja Bethel, New York, en agosto de 1969, comúnmente llamado Festival de Woodstock. Cuando esta palabra se hace presente, lo primero que viene a la mente es música, sexo, paz, rock, amor, drogas y hippies. Nada más alejado de la realidad, pero el director originario de Taiwan, nos presenta la otra parte del escenario, aquellos que se encontraban organizando el evento, a los habitantes que condenaban la presencia de hippies, a los policías encargados de salvaguardar la seguridad, pero sobretodo a quién fue el encargado de que se llevara a cabo el evento.
La psicodelia y música se hacen presentes en esta comedia, en la que muchos clichés se hacen presentes y no por ello dejan de funcionar. Inteligente y honesta, esta película nos muestra la otra cara del festival, los viajes con ácido no faltarán, el teatro contemporáneo, la liberación sexual, activistas y demás personajes clásicos se encuentran reunidos en esta película, que sin duda alguna vale la pena ver.
Uno de esos centros del universo nos presenta Ang Lee, con la película Taking Woodstock (Bienvenido a Woodstock). La granja Bethel, New York, en agosto de 1969, comúnmente llamado Festival de Woodstock. Cuando esta palabra se hace presente, lo primero que viene a la mente es música, sexo, paz, rock, amor, drogas y hippies. Nada más alejado de la realidad, pero el director originario de Taiwan, nos presenta la otra parte del escenario, aquellos que se encontraban organizando el evento, a los habitantes que condenaban la presencia de hippies, a los policías encargados de salvaguardar la seguridad, pero sobretodo a quién fue el encargado de que se llevara a cabo el evento.
La psicodelia y música se hacen presentes en esta comedia, en la que muchos clichés se hacen presentes y no por ello dejan de funcionar. Inteligente y honesta, esta película nos muestra la otra cara del festival, los viajes con ácido no faltarán, el teatro contemporáneo, la liberación sexual, activistas y demás personajes clásicos se encuentran reunidos en esta película, que sin duda alguna vale la pena ver.
Bienvenido!
ResponderEliminarSe lee bien, se oye bien, se ve bien.
Jeje, gracias viejo.
ResponderEliminar