Hay momentos por los cuales perdemos nuestra capacidad de volvernos locos; locos de amor, de pasión, alegría. Dejamos a ese pequeño loco que esta dentro de cada uno de nosotros aun lado oprimiéndolo, por que loco solo es hacer un poco mas que los demás, en cualquier cosa que hagamos, amar, sufrir, trabajar o simplemente vivir. Por que todos los días estamos a un paso de la locura, y en cierto momento nos detenemos y nos contraemos, nos da miedo ese pequeño paso. Pero hay otros días en que no podemos ganar esas batallas y ese loco se ha preparado, empuja con fuerza nos habla al oído y te pide ser tu mismo, te pide que te rindas, por que ese loco que tenemos dentro nos gana, aflora, nos hace distintos a los demás y lloramos sin razón o por un gran amor o desamor, brincamos por estar llenos de algo que a los demás les falta y bailamos por que somos locos, gritamos a los cuatro vientos que estamos locos.
Esta es mi escena preferida vean la, y pierdan el miedo a por lo menos un día volverse locos.
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